Si hay algo que no encaja en este sector, son las excusas, y tal vez, probar y probar hasta cerrar.

En restauración, puedes tener talento, pasión, intuición, incluso perseverancia… pero si no obtienes resultados, estás disparando a ciegas.
Muchos negocios funcionan así: gastan, prueban, publican, contratan... pero no miden. No saben qué funciona y qué no. Siguen el ruido, la moda, la urgencia.
Creen que hacer mucho es avanzar, pero solo se agitan. Como un ciego con una pistola.
¿Qué es lo que importa?
Los resultados.
No el logo, ni el uniforme, ni las visitas a Instagram. Lo que importa es si tu modelo genera beneficio, si tus clientes repiten, si tu equipo funciona... y si tomas las decisiones correctas.
Los resultados se tienen que medir, y todo debe ser calculado. ¿Alguien sabe hacerlo?
¿Y cómo se obtienen resultados?
-
Con foco.
Tener claro para qué existe tu negocio, a quién sirve, y qué lo hace único. -
Con datos.
Medir, corregir, volver a probar. No por intuición, sino con método. -
Con visión.
Saber a dónde vas. Y por qué. -
Con humildad.
Dejar de creer que “ya sabes” y empezar a preguntar más... y por supuesto, a ver más. -
Con acompañamiento.
A veces, lo que te falta es perspectiva, más aún cuando estás rodeado de profesionales que no son del sector.
La restauración comercial es un sector complejo y fácil al mismo tiempo.
Es fácil cuando observas lo que ocurre.
Añadir comentario
Comentarios